lunes, 21 de marzo de 2011

Textos Persuasivos.

ANUNCIO PUBLICITARIO
mensaje destinado a dar a conocer un producto, suceso o similar al público.

EJEMPLO:



















ARTÍCULO DE OPINIÓN

Es un escrito en el que un especialista o alguien cuya autoridad es reconocida, expresa un punto de vista particular con respecto a una cuestión de actualidad o de una noticia.

EJEMPLO:

CARICATURA POLÍTICA.
es un retrato que exagera o distorsiona la apariencia física de una persona o varias, en ocasiones un estrato de la sociedad reconocible, para crear un parecido fácilmente identificable y, generalmente, humorístico. También puede tratarse de alegorías.

EJEMPLO







DISCURSO POLÍTICO.

es una práctica política, importante para la creación de consenso para la argumentación. El desarrollo del discurso político tiene que ver con la cultura política del país, pues condiciona al discurso y se adapta a los cambios de la sociedad.

EJEMPLO











NOVELA DE TESIS

Es la que se escribe para demostrar o ilustrar determinada teoría o para suscitar un debate ideológico sobre determinada materia, que puede ser social, política, moral etc.

EJEMPLO:




















ENSAYO

Es un género literario dentro del más general de la didáctica.
El ensayo consiste en la interpretación de un tema (humanístico, filosófico, político, social, cultural, deportivo, etc) sin que sea necesario usar un aparato documental, de manera libre, asistemática y con voluntad de estilo.

TIPOS DE ENSAYO:
 El literario y el científico.

El ensayo literario se puede definir a partir de las ideas en juego que abarcan diversas disciplinas como la moral, la ciencia, la filosofía, la historia y la política, las cuales crean un misceláneo dinámico y libre. En el ensayo, el autor plasma sus impresiones y reflexiones acerca de la vida; es y debe ser personal, subjetivo: una visión particular del escritor. 

Ejemplo de Ensayo literario: El Cuento
El Cuento tuvo que pasar durísimas pruebas, desde su aparición formal, hasta que mucho más tarde fuera aceptado como un género literario.
Durante muchos siglos, la literatura no fue amigable con el cuento y se negó a recibirlo como elemento constitutivo de su estructura.
La soberbia trilogía: lírica-épica-drama conformó un gran cerco discriminador que lo condenó al ostracismo literario y al desdén de los grandes iniciados.
Sin embargo, este desprecio no sólo fue injusto, también conjuró una contradicción sin sentido.
La capacidad original de ser transmitido de boca a boca, en forma de mito, tradición o leyenda, aún antes de que apareciera la escritura, hizo del cuento el prototipo que después se convertiría en la inquietud estética de los diferentes géneros literarios.
Por esas asombrosas transformaciones que se suceden en la historia, el misterio del mensaje gutural en las cavernas, con el cual se dejaba como herencia el recóndito origen del fuego, se transformó en la expresión refinada de aureolas estilísticas que circundarían luego grandiosos movimientos en la composición y en el contenido de la intuición modeladora.
Por ello, era una contradicción, por demás artificial y arbitraria que fuera precisamente el Cuento el que se viera privado de participar en la expresión de los momentos vitales vividos por la Intuición.
Pero nada podría oponerse a que el Cuento, sin ofender virtudes ajenas ingresara oficialmente al mundo de los estados esenciales del Ser.
Germen primero de los esfuerzos expresivos de la humanidad, quedaría desde entonces y para siempre como instrumento último de expresión, para acompañar al ser humano en su circunvalación alrededor de la infinitud.
Una vez aceptada en la poderosa esfera de lo trascendente, se instala en una burbuja que es movimiento puro.
Desde allí participa de la Intuición esfingística del Poema en Verso y transfigura del Desarrollo Literario de la Novela, hasta conformar con ambos la síntesis totalizadora del momento que revela.
Si antes había sido transmitido, ahora era la transmisión misma de la Intuición que cincela para nosotros una dimensión vivencial.
En las extrañas disposiciones dialécticas de la conformación del Ser, el Cuento es una síntesis totalizadora, cuyo grado sólo es superado por el del Poema en Verso.
Es que tiene la capacidad de concentrarse en la descripción de los Momentos Vitales con una intensidad que la novela pierde por su extensión y variedad temática.
Hay algo más: el Cuento es el plasma literario que menos acepta un andamiaje estético por sí solo.
Es exigente reclamador de la unidad ético-estética para el Desarrollo Literario del Momento Vital que desea despertar la Emoción Poética en el lector.
Si bien su lema artístico postula que "todo vale", también reclama con inapelable insistencia, que ese "todo vale" jamás haga abstracción completa de los Estados del Ser y del momento histórico en que los intuye, sobre los cuales, a través de infinitos prismas, condensará su óptica de irresistible convergencia.
Por estas razones, el cuento literario, sale con gran  facilidad de los círculos concéntricos en los que la Élite del Ser modula sus creaciones, para introducirse, lleno de confianza, en los socavones; amenizar el lenguaje de la fábrica fabril; ayudar a que la semilla se esparza en el surco y a participar sin ceremonias en la intimidad familiar.
Por eso es que el Cuento es un compañero más entre los compañeros de historia y de lucha.
Como saeta impulsada como energía que los milenios han acumulado para él, el cuento, aquél que alguna vez fuera desechado por sus supuesto mayores, rememora continuamente la época de las cavernas, cuando a través suyo se confiaba el secreto del origen ígneo.
Con ese renovado envión, órbita a velocidades intergalácticas todos los ángulos del espacio literario.
Más allá de los horizontes de la forma y nos trae, presuroso, noticias y representaciones de los nuevos Estados del Ser y las nuevas condiciones que la Intuición, en  evolución frenética, nos revela.
Cuando se pretenda borrar esa imagen primordial, será también el que relate a la última generación, la Épica del principio del fin.
El Cuento apareció con la memoria del hombre y desaparecerá sólo con la evocación postrera.
Por eso escribimos cuentos; por eso estamos orgullosos de hacerlo.

Los filosóficos defienden el ensayo como una forma de expresión real de las manifestaciones filosóficas, llámese tratado, discurso o réplica. Por tanto, el ensayo no puede ser definido en un solo concepto, las diferentes disciplinas lo adecuan a sus necesidades, y se valen de artilugios para defender su género. 


EJEMPLO DEL ENSAYO FILOSÓFICO:

AMOR

La vida no es sino el abraso de la mente y algo que todos llamamos sentimientos.

La mente es materia pensante, neuronas que asocian y disocian toda idea, concepto y pensamiento; y qué es entonces el sentimiento que tanto aferramos al corazón, cual se cansa de tanto bombear sangre hasta la ínfima partícula de nuestra masa molecular. Todos sentimos, pero ¿Qué sentimos? ¿Qué es sentir? ¿Qué es un sentimiento?
Lo que sentimos es aquello que nuestra mente formula como un estimulante al cuerpo, algo que lo hace moverse hacia las más perversas reacciones, o a las más pacíficas estaciones. Somos hechos de pensamiento y sentimiento. Sentir es creer, percibir, saber qué tan próximo está nuestro ser (la esencia de la existencia, la vida misma, lo que no se ve) a ser perturbado, comienzan las formulaciones, las ideas se mueven a desconocida y desconcertante velocidad; nos mueve este sentir, a las cosas que unen la materia formada (el cuerpo) con la materia ilusa (sentimiento). Y nos perdemos al formular el significado del sentimiento… es algo que no podemos ver, algo entonces asignado a la mente, pero erramos y lo enlazamos a la forma más provocada y atraída, el corazón; tal invisible idea, es lo que afecta nuestro ser, lo que no importa su gravedad, se expande en tal onda, que no podemos obviar su existencia; es un aferro a lo familiar, a lo intocable, lo que guarecemos en nuestro infinito (espacio de materia ilusa, creado en la mente que es invisible).

Es entonces que, derivando el sentimiento hacia algo más objetivo y común, nos encontramos con la más fuerte atracción que pueda existir, “el amor”. El amor es el pensamiento más maravilloso que Dios nos ha dado; tal pensamiento derivado de la mente iluminada o simplemente limpia, termina reaccionando en el órgano más sensible de nuestro complejo cuerpo, el corazón; el corazón no es la fuente del amor como muchos creen, sino el causante de las sensaciones y reacciones físicas que tenemos al experimentar dichos sentimiento.

Pues bien, el amor, se debe comprender que es la atracción más fuerte que existe entre la reacción mental y la reacción corporal, siendo aquel que experimenta esto, un amante; y quien no lo experimenta de tal forma se conoce como obsesionado si su reacción sólo es mental, y lujurioso quien sólo reacciona a lo físico.

Llego entonces, a los diferentes niveles de amor:

Amor de dos
, este tipo es el más elevado, pero quizá el más sufrido, pues requiere sacrificio, dedicación, devoción, no avaricia, no egoísmo, fidelidad completa, no espera nada a cambio y sobre todo, sucede únicamente entre dos personas, significando que no pueden existir terceros en este amor. Se expresa en el matrimonio y en el noviazgo (o sea parejas); es aquí donde la expresión toma un sentido romántico, poético, erótico y sensual; la reacción física actúa debido a la estimulación de las hormonas, o sea por la atracción sexual, en cambio la reacción mental se da cuando al conocer a esta persona, encontramos todo lo complementario o compatible para tener una vida feliz. El problema más sensible es que se degenera fácilmente por los celos, adulterio y la mala comunicación al haber incompatibilidad.

Amor familiar
, el cual lo traemos desde que existimos en el vientre de nuestra madre; se lo debemos a todo aquel que pertenece a nuestro árbol genealógico (la familia); es quizá el más puro cuando se tiene, puesto que por nuestra familia sentimos un arraigo fenomenal y especial, casi incorruptible; es el amor más expresivo, es constante Se puede ver afectado por la indiferencia, rencillas, envidia por el lugar de preferencia entre la familia.

Amor cariñoso
, sucede o es efectivo cuando en el transcurso de cualquier etapa de nuestra vida (niñez, juventud, madurez o vejez) hemos conocido a una persona muy compatible con nuestra forma de ser, pensar o sentir, alguien con quien se puede compartir los problemas y buscar soluciones a los de dicha persona, definimos entonces lo que es un “amigo”; amigo es aquel que nos defiende, nos cuida, nos da la mano, es un aliado, alguien leal, sin envidia, generoso, que nos acepta tal como somos, que busca la manera de agradar y que siempre tiene palabras de aliento. La amistad suele ser el amor más duradero de nuestra vida (después del amor familiar), puesto que es una relación independiente de la vida de cada uno; su ventaja es que se da entre muchas personas al mismo tiempo, no es restringido como el amor de dos, pero quizá no es tan expresivo como el amor familiar. La causa de ruptura de una amistad por lo común se debe a la intervención de terceros que envidian dicha relación, o debido a conflictos creados no intencionalmente, sino por circunstancias errantes.

Aprecio humano
, es el amor más débil que existe, el menos constante, su radio de alcance es ínfimo comparado con la cantidad de personas que existen, es el menos expresivo; pero sí es el más necesario para convivir en armonía con toda la humanidad; se expresa entre todos los que habitamos el planeta, cada persona debe este sentimiento hacia su prójimo, pues somos hijos de la misma célula matriz creados a semejanza. Dicha necesidad por convivir en armonía debe realizarse diariamente, desde nuestros vecinos hasta las personas que no conocemos, simplemente debe estar dentro de nosotros, de esta manera tendremos paz.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Signos de Puntuación.

Los signos de puntuación indican pausas obligatorias, delimitan las frases y los párrafos y establecen la jerarquía sintáctica de las proposiciones, consiguiendo así estructurar el texto, ordenar las ideas y jerarquizarlas en principales y secundarias, y eliminar ambigüedades.

El punto             

El punto (.) es el signo de puntuación que se coloca al final de los enunciados y las oraciones gramaticales en el español. Existen tres clases de punto: el punto y seguido, el punto y aparte y el punto final.
  • Punto y seguido. Separa enunciados dentro de un párrafo. Quiere decir que se continúa escribiendo a continuación del punto; la primera letra escrita en este caso irá en mayúsculas. Por ejemplo: «Historia de España. El descubrimiento de América». Se denomina punto y seguido, nombre más lógico y recomendable que el también usual de punto seguido.
  • Punto y aparte. Separa dos párrafos de contenido diferente dentro del texto. A continuación hay que comenzar a escribir en línea distinta. Para seguir las normas se debe colocar sangría a la primera línea de texto del nuevo párrafo. Se denomina punto y aparte, aunque en algunas zonas de América se dice punto aparte.
  • Punto final. Siempre se coloca al final, cerrando un texto o enunciado. No es correcta la denominación punto y final, creada por analogía de las correctas punto y seguido y punto y aparte.

La coma                  

La coma (,) es un signo de puntuación que señala una breve pausa dentro del enunciado. Se emplea para separar los miembros de una enumeración, salvo los que vengan precedidos por alguna de las conjunciones y, e, o, u o ni.
Las locuciones conjuntivas o adverbiales, sea cual sea su posición, van precedidas y seguidas de coma, tales como: en efecto, es decir, en fin, por consiguiente, no obstante y otras de la misma clase.

 

El punto y coma

El punto y coma (;) es un signo de puntuación; gramaticalmente, se utiliza para unir dos oraciones relacionadas en una sola frase (yuxtaposición).
También sirve para separar los elementos de una enumeración cuando se trata de expresiones que incluyen comas.
Además, se usa delante de las conjunciones o locuciones como pero, más, aunque, sin embargo, por tanto y por consiguiente cuando los períodos tienen cierta longitud.

Signos de interrogación

El signo de interrogación es un signo de puntuación que denota una pregunta. Su origen se encuentra en el latín. La palabra «cuestión» viene del latín questio, o 'pregunta', abreviado como «Qo». Esta abreviación se transformó en el signo de interrogación.

 

 

 

 

interjección

 Las interjecciones suelen ser palabras o frases cortas y se emplean principalmente en el lenguaje oral, y en el escrito que reproduce el lenguaje oral, muchas veces como expresión expletiva de desahogo o explosiones de emotividad, a menudo de modo casi reflejo. Pueden formar sintagmas enteros interjectivos por su núcleo (¡Caramba!; ¡Ay de mí!) o bien ser otro tipo de sintagmas más o menos gramaticalizados como interjecciones (¡Por Dios!) Estructuralmente, se clasifican en su mayor parte como un tipo de oración unimembre averbal de carácter interjectivo. Esto porque sólo posee un término (a saber, la palabra o frase corta que existe) y carece de un verbo conjugado.


Signo de exclamación

Los signos de exclamación (¡ !), también conocidos como signos de admiración, se usan para indicar una expresión y para enfatizar algo. El signo con que se inicia la exclamación es "¡" y el signo con que se la termina es "!".
Este signo tiene la función de representar en la escritura la entonación exclamativa de un enunciado. En la pronunciación, los enunciados que van entre signos de exclamación tienen un tono final descente, pero con un momento previo de ascenso brusco
  • En interjecciones, en sintagmas interjectivos y en oraciones interjectivas. Las interjecciones pueden ser de varios tipos:
    • Apelativas: ¡eh!, ¡pst!
    • Expresivas: ¡oh!, ¡ay!
    • Representativas: ¡paf!, ¡pum!
    • Onomatopeyas: ¡guau!, ¡tuturutú!
  • En oraciones exclamativas parciales o totales.
  • Para indicar ironía o sorpresa (el signo de admiración de cierre se suele poner entre paréntesis).
  • En retórica, la exclamación es, dentro de las figuras literarias, una de las figuras de diálogo. Consiste en expresar de forma intensa una emoción o un sentimiento; se acompaña de una determinada curva de entonación, diferente de la curva enunciativa. Es frecuente la aparición en su interior de vocativos y aparece signada con los signos de exclamación en la lengua escrita. Ejemplo: -¡Oh sorpresa! ; ¡Ah, cuánta mentira hay en esos argumentos.

Comillas

Las comillas (« », “ ”, ‘ ’) son signos tipográficos utilizados para demarcar niveles distintos en una oración. Generalmente se utilizan:
  • Para citar textualmente algo;
  • Para señalar palabras usadas en un sentido distinto del normal, con el fin de indicar que se han seleccionado intencionalmente y no por error;
  • Para indicar la intención irónica del empleo de una palabra;
  • Para indicar algo sobre una palabra o expresión;
  • Para presentar el significado de una palabra o expresión.
  • Para destacar una expresión extranjera o un apodo o seudónimo.

En castellano se utilizan tres tipos de comillas:
  1. Comillas tipográficas, latinas o angulares (« »).
  2. Comillas dobles o inglesas (“ ”).
  3. Comillas simples (‘ ’).

Paréntesis

se usan a pares para separar o intercambiar un texto dentro de otro. Los distintos tipos son:
  • los paréntesis propiamente dichos: ( ),
  • los corchetes: [ ],
  • las llaves: { } y
  • los paréntesis angulares, corchetes angulares, "cuñas" o "corchángulos": < >.
Para distinguir ambos paréntesis en sentido esctricto se suele denominar:
  • paréntesis que abre o paréntesis izquierdo al símbolo ( y
  • paréntesis que cierra o paréntesis derecho al símbolo ).
En matemáticas se usan los paréntesis en sentido amplio se pueden usar tanto individualmente, como a pares, según las características del signo. Los paréntesis en sentido estricto se usan para indicar precedencia o definir un argumento y se usan a pares, mientras que los paréntesis angulares se usan en inecuaciones.



Guion

La raya (—), que no debe confundirse con el guion bajo (_) —especialmente en contextos informáticos— ni con el guion (-) —el cual es más corto— ya que tienen usos y significados muy diferentes, se usa para introducir un inciso dentro de un período más extenso y para señalar en los diálogos la intervención de cada locutor y los comentarios e incisos del narrador. Se escriben dos, una para abrir y otra para cerrar, excepto cuando el diálogo no prosigue, que es recomendable suprimir la última y sustituirla por el obligatorio punto; además, se escriben separadas del resto de la frase con un espacio, y pegadas al propio inciso. En el caso de los incisos puede sustituir a la coma para mayor aislamiento de los mismos, y también a los paréntesis, pero para expresar uno menor.